Con esta actividad pretendemos que conozcan esta tradición los más pequeños y que se den cuenta de que, aunque en la actualidad Halloween se celebre por todo lo alto en nuestras ciudades
Nos lo cuenta José María Satué en este texto:
La noche de
Todos los Santos, llamada Noche de Ánimas)
La noche de
Todos los Santos (1-2 de novbre.),como habíamos oido tantas veces en las
veladas, debajo de la chimenea, que las almas de los difuntos vagaban
libremente
por las calles
y los caminos, los niños nos metíamos en casa en cuanto se escondía el sol, a
la hora que se acuestan las gallinas. Nos sentábanos en las cadieras, sin movernos
de allí para nada, como si tuviésemos pegamento en la culera. No teníamos muy
claro si era de mentira o de verdad, pues veíamos que también los mayores teníanla
“mosca detrás de la oreja” (no lo tenían claro), y por si acaso procuraban no
salir esa noche, con el fin de no encontrarse con ellas. Tenían bien grabada en
su mentela aventura que les contaba Gabriel de Blas, en Escartín:
-Cuando mi
padre era mozo, se le hizo de nochevolviendo de la pardina de Niablas, a donde
había ido para recolectar las patatas. En Las Lañas, ya en la entrada del
pueblo, se encontró con una fila de almas embozadas en sábanas blancas, que bajaban
desde el cementerio hacia el barrio bajo. Las caballerías se pararon en seco y
él se quedó helado, temblando como las hojas con el viento. Le pareció que la
última era Rebesinda de casa Unsens, que había fallecido diez años antes, pero
no le dijo nada…
Y en muchos
pueblos se hacían algunas actuaciones para celebrar esa noche, como por ejemplo
en Fuencalderas (Altas Cinco Villas). Cuando se iba a hacer de noche los mozos
subían a la torre de la iglesia a voltear las campanas, para recordarles que
ningún vecino podía salir de casa, si no era por motivos muy justificados, con
el fin de que las almas pudiesen vagar con total libertad. Por si alguien osaba
salir, colocaban en las esquinas y en los cruces de las calles unas calabazas
huecas y con muchos orificios, como si fuesen cráneos, con una lucecita dentro.
También colocaban en la torre lámparas, velas y candiles, para que las almas después
de rondar por el pueblo, viesen el camino para volver al cielo.
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