En esta ocasión leímos el cuento Rabadancito de Sandra Aragüás y, aprovechando que esta historia se centra en un pequeño pastor, les contamos a los chavales cosas sobre este oficio: qué era la trashumancia, la jerarquía de los pastores, qué aprovechamientos se hacían de las ovejas, etc., y les enseñamos las piezas que se exponen en la sala de lo pastoril: batiaguas o grandes paraguas con los que se protegían de la lluvia, morrales o zurrones, moldes de queso, tijeras de esquilar, etc.
Fotografía: Javier Ara Cajal. |
Pero a las piezas que más protagonismo dimos fueron a las marcas de ganado, empleadas para diferenciar las ovejas de los distintos rebaños, ya que después cada niño hizo la suya, a modo de tampón o sello.
Esta vez no emplearían pez, como en otros tiempos, para señalar el lomo de los animales sino tinta de distintos colores para estamparla en el papel.
Gracias a tod@s por venir y hacernos pasar una estupenda mañana
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