Artículos de interés

miércoles, 31 de marzo de 2021

CELEBRACIONES DESEMANA SANTA EN SERRABLO: Viernes Santo.

La llamada a los oficios.

A partir de jueves santo y hasta la misa del sábado de gloria, no se podían tocar las campanas. 

El silencio de estas era sustituido por un ruido ensordecedor producido por carraclas y matracas, que se le conocía como “matar judíos”
Los niños hacían sonar las matracas desde la torre o deambulando por las calles..

El ruido que este instrumento provoca simboliza el dolor por la muerte de Cristo, y se remonta a un ritual precristiano para ahuyentar malos espíritus y como conducción de ánimas.

Aquí puedes escuchar el sonido de matracas, carraclas y matracas (Fuente: SIPCA).


CELEBRACIONES DE SEMANA SANTA EN SERRABLO: Jueves Santo.

La forma de celebrar la Semana Santa ha cambiado mucho con el paso de los años. Como muestra, os traemos algunas costumbres y tradiciones que tenían lugar en estas montañas desde hoy hasta el Domingo de Resurrección y Lunes de Pascua.
Todas ellas han sido recogidas por Enrique Satué en su libro: As cabretas.

Durante la Cuaresma, crucifijos e imágenes de los altares se cubrían con velos para alertar a los fieles del tiempo especial en el que estaban inmersos y para prepararlos para la Pascua.
Las mujeres y los niños se encargaban de reformar el altar adornándolo con trigo que habían cultivado en latas o macetas en las bodegas parta obtener espigas de color blanco.

También se reservaba un espacio en las capillas para el "monumento", con el objetivo de guardar las hostias consagradas para la comunión del Viernes Santo y la de los enfermos. Estos monumentos se adornaban con paños, flores y cirios.

En algunas localidades se iba pidiendo agujas para sujetar los paños del monumento con esta cancioncilla recogida por el SIPCA (Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés):




E
l luto por la pasión y muerte de Cristo se exteriorizaba de muchas formas, así en Sobrepuerto, las mujeres “que principiaban a mociar” ni se peinaban ni se acicalaban. (2012: 502)

En Ainielle los niños recogían piedrecillas para arrojarlas al cielo cuando, en verano, se formaban tormentas peligrosas.

 

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domingo, 28 de marzo de 2021

UNA NUEVA PIEZA PARA UN NUEVO MES

 Esta raqueta ocupa la vitrina de LA PIEZA DEL MES.



sábado, 20 de marzo de 2021

La alimentación en Cuaresma y Semana Santa (II).


     Si en la anterior entrada del blog hemos hecho mención a las normas que rigen la alimentación en este período, en esta nueva nos centraremos en los postres más representativos de Cuaresma y Semana Santa: torrijas y buñuelos.

Para ello contamos con la colaboración de Blanca, repostera de la panadería LA TAHONA de Sabiñánigo, quien nos va a comentar cómo se elaboran y también nos traerá el recuerdo de cómo se vivía la Semana Santa tiempo atrás.

    Desde el museo queremos agradecerle su ayuda y disponibilidad.

Pincha AQUI para ver el video.


La alimentación de Cuaresma y Semana Santa (I).

En esta nueva entrada, vamos a comentar la alimentación propia de este momento del año: Cuaresma y Semana Santa.

Aunque no se sigue con el rigor de otros tiempos, continúa presente en nuestra alimentación en mayor o menor medida.

 Antes de comenzar, decir que abordaremos este tema desde una perspectiva antropológica para la que, la ingesta de alimentos, trasciende su dimensión nutritiva para desplegar también facetas rituales, simbólicas y sociales.

La alimentación para el ser humano es uno de los aspectos más complejos de la cultura, está presente tanto en la vida cotidiana del grupo como en los principales momentos de su vida social y religiosa. Desde la selección de los alimentos más adecuados hasta la elección del dónde, cuándo y con quién ingerirlos, pasando por su elaboración, las creencias asociadas a determinados alimentos, etc., son hechos que vienen determinados por las pautas culturales en las que vive.

La comida es cultura cuando se produce porque no utilizamos sólo lo que encontramos en la naturaleza (como hace todas las demás especies), la comida es cultura cuando se prepara, transformándola mediante el uso del fuego y una elaborada tecnología que se expresa en la práctica de la cocina y, la comida es cultura cuando se consume porque, aun pudiendo comer de todo en realidad, no comemos de todo sino que elegimos nuestra propia comida con criterios ligados a la dimensión económica y nutritiva del gesto, ya sea a valores simbólicos de la misma comida.

Las buenas elecciones alimenticias las aprende el ser humano a partir de un saber colectivo, que se ha ido construyendo a lo largo de generaciones bajo la forma de un cuerpo de creencias, algunas confirmadas por la experiencia, otras completamente simbólicas o mágicas tales como el ayuno, la búsqueda de lo sagrado o las prohibiciones religiosas.

 Y es que los preceptos religiosos han contribuido también a delimitar hábitos. Son modelos, conductas, comportamientos homogéneos entre los fieles, que los identifica frente a otros. Los tabúes dietéticos operan como símbolos identificadores, diferenciadores de los grupos sociales, étnicos y culturales.

 La legislación de la Iglesia Católica sobre los días de ayuno y sobre la abstinencia de carne ha tenido gran incidencia en las costumbres alimenticias populares de determinados días y tiempos, si bien, esta ha ido evolucionando con el paso del tiempo.

-La ley del ayuno establecía una única comida al día, pero no prohibía tomar algún alimento por la mañana y por la tarde, dejando el criterio de cantidad y calidad a la costumbre de cada lugar. A estos reducidos complementos alimentarios se les llama “parvedad”.

Se consideran días de ayuno: las vísperas o vigilias de fiesta; en Cuaresma: todos los días laborables, desde el miércoles de ceniza hasta el sábado Santo; las cuatro témporas que coinciden con el inicio de las 4 estaciones del año.

-La ley de la abstinencia prohibía comer carne y caldo de carne. Se fijan días, asimismo, de ayuno y abstinencia.

 Es en la Cuaresma donde se concentra, principalmente, toda esta normativa. La Cuaresma es el período de cuarenta días que sirve de preparación a la Pascua y en el que se rememora el tiempo que estuvo Jesús en el desierto. Por eso la Iglesia recomienda a todos los fieles cultivar el espíritu penitencial, no sólo interna e individualmente, sino también externa y socialmente.

Todas estas normas se traducían en la vida diaria de la siguiente manera. El ayuno consistía en reducir el número de comidas, como suprimir la merienda y aligerar la cena. Tales días los cocidos de legumbres o verduras no se condimentan con grasas animales (carne, tocino, chorizo o manteca) sino con aceite vegetal.

“SI HABÍA QUE AYUNAR SE HACÍA EL DESAYUNO O LA COMIDA BUENA Y YA ESTÁ”

Del ayuno estaban dispensas las personas que realizan un trabajo duro, de gran esfuerzo, de gran desgaste físico, las personas de edad, las embarazabas y las mujeres que estaban dando el pecho a sus hijos. También se libraban los que adquirían la bula correspondiente que eximía de tal precepto.

Los días de abstinencia se comían potaje de garbanzos cuya base son las legumbres y bacalao en distintas versiones, con tomate o con arroz, etc. También se comía queso en aceite.

“MI MADRE ESAS COSAS LAS TENÍA MUCHO EN CUENTA….UY PARA LAS VIGILIAS MI MADRE ERA BUENO…NO NOS DEJABA COMER CARNE NO…TODO EL DÍA A BASE DE HUEVOS, HUEVOS PA ALMORZAR, HUEVOS PA COMER, HUEVOS PA CENAR”.

“TE COMPRABAS DOS BACALAOS GRANDES Y COMO ESTABA SALAO PUES SE GUARDABA…ANTES SE GUARDABA LA CUARESMA ¡COMO DIOS ESTÁ EN LOS CIELOS, MADRE! BUENO AQUELLO TARDE SE CORTABA EL BACALAO, LO CORTABAN A TAJOS Y LO PONÍAN A REMOJAR Y HALÁ”.

Eran platos que tenían que saciar.

Finalizando la Semana Santa, en muchos pueblos de la comarca, era corriente que los niños organizaran meriendas el domingo de Resurrección, con la comida recogida por las casas, en las que no faltaban los huevos (símbolo de la vida), muy abundantes en esas fechas.

También se comía el rosco de Pascua o pastiello: en algunas zonas eran roscos decorados y en otras, tortas alargadas que contenían algún huevo duro, algún trozo de longaniza, tocino etc.

En Cillas, los pastores casaliceros (los pequeños) se juntaban todos, con sus rebaños, para “estripar el pastiello”, según decían ellos.

Esta costumbre ha sido recogida por Enrique Satué en su libro: As crabetas, así como la siguiente: ese mismo día también se colocaban enramadas a las mozas solteras, que se colgaban en sus balcones con adornos como galletas, caramelos, naranjas, etc.

 

 



sábado, 13 de marzo de 2021

LA VIDA DEL MUSEO "ÁNGEL ORENSANZ Y ARTES DE SERRABLO"


 




Comenzamos un nuevo ciclo en el museo titulado "LA VIDA DEL MUSEO ANGEL ORENSANZ Y ARTES DE SERRABLO" con el objeto de dar a conocer todo lo relacionado con esta institución: nuevos ingresos, la pieza del mes, trabajos de investigación, etc.
Esperamos que sea de vuestro interés.